-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

lunes, 25 de enero de 2021

- Maruja me voy de caza.
- Pero... te llevarás la escopeta, ¿no?
- ¡No!, ez que me voy pada ziempre…

martes, 12 de enero de 2021

Y ayer fueron buenos…



 Los últimos días ofrecieron lo que solo ellos, saturada ya protección civil y militares podían dar.  

 Ayer, Cuattreros repartidos por zonas al haber sido saturado su único canal de ayuda, trasladaban enfermos y recogían médicos y enfermeros de sus domicilios para que pudieran turnar a compañeros que habían ya triplicado guardias por no llegar sus relevos.

 Las puertas de ambulatorios y hospitales eran un ir y venir de todoterrenos de voluntarios recogiendo sanitarios y enfermos para trasladarlos a sus domicilios.

 Ayer se saturó el grupo  SOS 4x4 de Madrid, donde el viernes eran 550 usuarios y en 24 horas alcanzaron los 6.600 al sumarse la Sanidad madrileña a pedirles ayuda. Fue un caos. Hubo que cerrar el grupo al mezclarse las peticiones de tantos con los ofrecimientos de tan pocos, era imposible concertar las ayudas, se desbordaron y cerraron el grupo principal para abrir otros grupos por zonas. ¡Tan pocos para tantos!

 Ayer esos voluntarios vieron las lágrimas de sanitarios saliendo a las puertas de sus centros a agradecer que liberasen a compañeros que llevaban 3 días haciendo turnos sin descanso.

Ayer los voluntarios escucharon a los conductores de las ambulancias: gracias por llegar donde nosotros no llegamos.

Ayer se oían en las cabinas de los voluntarios gritos de los no acostumbrados al ver a sus pilotos sortear las placas de hielo y corregir derrapadas.

Ayer tenían que explicar de forma extenuante que no podían aceptar dinero cuando se obstinaban en hacerlo, y no encontraban entonces explicación a que se les llevara en sus TTs  desde las 6 de la mañana a sus centros de trabajo sin coste.

Muchos voluntarios trabajaron durante toda la noche sacando gente de la carretera. “Yo he dormido una hora”, leí, “no puedo parar sabiendo que hay gente tirada en una carretera sin agua, sin calor, con niños”.

Días duros para esos voluntarios, pero ni antes eran demonios ni ahora ángeles. Solo personas que tenían la máquina necesaria el día necesario, que por un día llenaron sus cabinas con las ventanillas bajadas, de desconocidos que necesitaban dializarse, traumas, o dar el relevo a su agotado compañero del hospital, todos factores altos de riesgo cov¡d pero…. ese día no había covid, ese día había solo que devolver  esa única pizca que pudieron dar a los que desde hace casi un año se han matado por salvarnos la vida.

Y no, esos voluntarios, ni antes eran demonios ni ahora ángeles, porque a esos voluntarios les gustaba lo que hacían. 

Su pasión al servicio de quien lo necesitó.