Normas básicas de comportamiento humano
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Humanoide hallado en el interior de una grieta en las proximidades de Tissemoumine |
En
los lugares que visitemos encontraremos distintas formas, costumbres e
idiosincrasias. Debemos ser corteses con sus moradores, respetar sus costumbres
y mostrar interés por sus hábitos.
Si
visitamos alguna ciudad marroquí en verano debemos evitar en la medida de lo
posible el ir abrigados, por lo que un simple bikini en las mujeres será
suficiente.
No
se debe dar imagen de opulencia por lo que se debe de ir con el menor vestuario
posible. Siempre se agradecerá que esos signos de riqueza tan característicos
de los países occidentales no entren en conflicto con las costumbres más
sencillas de los habitantes de los países africanos. Por lo tanto y como norma
general, cuanta menos ropa mejor.
En
cuanto a la forma de comportarse, el simple sentido común es suficiente.
Pongamos por ejemplo que estamos en un lugar multitudinario y queremos hacer
una fotografía, bien, pues no la hacemos. Vayamos ahora al caso contrario, nos
encontramos en una plaza atestada de gente, vemos un encantador de serpientes
al que deseamos fotografiar. Antes de nada, se le pide permiso. Este accederá
gustoso si se le compensa con unas monedas. Bastarán cuatrocientos o quinientos
mil dirham, al cambio ahora es sencillo desde la instauración del euro en
nuestro país. Se dividen los dirham entre seis mil setecientos cuatro con tres
centésimas y nos da la cantidad a abonar.
Nunca
debemos rechazar el té. Los marroquíes siempre sellan sus tratos invitándote a
té. Te lo ofrecerán tres veces, no deberás rechazar ninguno. Tampoco debes
transmitir la sensación de tener prisa, por lo que es muy recomendable, pedirle
que te traiga los tres tes juntos, bebérselos de un trago y advertir que tienes
que irte inmediatamente. Ellos lo agradecerán y te invitarán a ir a su casa
donde su sentido de la hospitalidad les obligará a darte todo lo que posean.
En
las playas conviene ir tapado de arriba abajo. No obstante te puedes quitar los
guantes.
Nunca
saludes o te dirijas a un musulmán con las gafas puestas, es de muy mala
educación.
Para
saludarles les tenderás la mano al estilo occidental e inmediatamente la
llevarás a tu corazón en señal de hermandad.
Si
tienes jamón conviene que no lo saques, pues como es sabido, no es de su gusto
y les puedes poner en un compromiso. Igualmente con la bebida.
Los
musulmanes son hospitalarios por naturaleza, no se debe abusar de esa generosidad,
todo lo contrario, se debe de mostrar reciprocidad.
Si
te quieres echar un cigarrito, antes les debes ofrecer a ellos y solicitar de
su permiso sobre la conveniencia del acto. Si tiene algún inconveniente bastará
con que te lo enciendas antes.
Al
Berebere le gusta mostrar a su familia y ofrecer su casa por lo que siempre
mostrarás predisposición a la invitación. Solo así conseguirás que lo que te
vendan no pagues más de lo que pagaría un turista americano, vamos, no hacer el
primo.
Tuaregeg con su traje de gala |
Nunca
debes de negar el agua y máxime si es en el desierto donde te la
piden. Se aminorará la velocidad acercándose al sediento y se le ofrecerá un
trago. Éste, con claro gesto de agradecimiento tomará la botella, beberá un
poco y dando las gracias –sucram- se dará la vuelta y se alejará con nuestra botella.
Una vez se nos haya quitado la cara de panolis viendo como nos han levantado
nuestra botella, se pondrá el vehículo en marcha y se proseguirá la travesía.
A las cinco
de la madrugada es la hora de la oración en todos los lugares que dispongan de
torre del pueblo. Por lo que al oírlas se procederá a acordarte de la tía
abuela del imán y se proseguirá con el reconfortante y reparador sueño
.

Ya por la
mañana lo primero es vestirse y después si procede, bajar a cenar.
Aquí no
faltarán los productos típicos marroquíes que por su exotismo son muy
valorados, nos referimos a las naranjas. Se trata de una pequeña bola de unos
ciento cincuenta gramos, dentro de una serpentina de color naranja, de ahí su
nombre. Una vez desprendida la serpentina se fracciona en gajos como allí los
llaman y se ingiere.
Siempre hay que estar ojo avizor |
Próxima entrega : Actividades y elocuencias durante la travesía
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