Otra vez a pasar por taquilla y apoquinar rescate.
Como frecuente consumidor de tierras africanas me viene mayormente bien que alguien vaya pagando mis rescates.
Si yo tuviese a alguien mío allí con los piratillas, también movería cielo y tierra para forzar a mis Administradores a pagar sus peajes y que me los trajeran a casa en un avión de las fuerzas armadas sanos y salvos, pero…
...lo que a nivel individual es de desear e implorar, no es una actuación correcta de un gobierno, cuya consigna para cerrar este peligroso grifo debe ser con terroristas no se negocia, y en términos pragmáticos, menos aún si cabe ahora, con una España tan necesitada de caudales para pagar a fin de mes a nuestros 8 millones de pensionistas, 4 millones de parados y otros casi tantos de funcionarios, muchos de ellos averiados.
Pagar esos peajes a estos muchachos, piratillas como el que más y malandrines por demás, soluciona el momento puntual, pero es pan para hoy y hambre para mañana. Se abre un bono –forfait en cotas altas- en el que trincarnos de rehenes un par de truhanes bereberes, meternos en un saco, trasladarnos en un maletero allá por Barako a la izquierda y tenernos comiendo dátiles y bebiendo leche de camella con un tobillo atado a una palmera unos meses, les reporta unos beneficios tan pingües y facilotes que se va a abrir la veda del Tapioco en todo el Sahel con la tontería.
….Y una llamada al orden al Servicio de Inteligencia Cooperante de simple sentido común:
No me sean ustedes lilas ñores.
No se puede viajar a África como están las cosas y pasar por internet punto y hora de salida diarios, recorrido a realizar, donde se paran a tomar el bocata y hora prevista de llegada, lugar de alojamiento y puerta de acceso…..los Al Qaedos...o los que sean....más bien los que sean, además de camellas para darnos leche y cuerdas y palmeras para atar nuestros tobillos también tienen, aunque parezca mentira, conexión a internet con ordenadores que cooperantes anteriores les han entregado.
Solo les ha faltado atarse ustedes mismos a la palmera y ordeñarles las camellas.
Como frecuente consumidor de tierras africanas me viene mayormente bien que alguien vaya pagando mis rescates.
Si yo tuviese a alguien mío allí con los piratillas, también movería cielo y tierra para forzar a mis Administradores a pagar sus peajes y que me los trajeran a casa en un avión de las fuerzas armadas sanos y salvos, pero…
...lo que a nivel individual es de desear e implorar, no es una actuación correcta de un gobierno, cuya consigna para cerrar este peligroso grifo debe ser con terroristas no se negocia, y en términos pragmáticos, menos aún si cabe ahora, con una España tan necesitada de caudales para pagar a fin de mes a nuestros 8 millones de pensionistas, 4 millones de parados y otros casi tantos de funcionarios, muchos de ellos averiados.
Pagar esos peajes a estos muchachos, piratillas como el que más y malandrines por demás, soluciona el momento puntual, pero es pan para hoy y hambre para mañana. Se abre un bono –forfait en cotas altas- en el que trincarnos de rehenes un par de truhanes bereberes, meternos en un saco, trasladarnos en un maletero allá por Barako a la izquierda y tenernos comiendo dátiles y bebiendo leche de camella con un tobillo atado a una palmera unos meses, les reporta unos beneficios tan pingües y facilotes que se va a abrir la veda del Tapioco en todo el Sahel con la tontería.
….Y una llamada al orden al Servicio de Inteligencia Cooperante de simple sentido común:
No me sean ustedes lilas ñores.
No se puede viajar a África como están las cosas y pasar por internet punto y hora de salida diarios, recorrido a realizar, donde se paran a tomar el bocata y hora prevista de llegada, lugar de alojamiento y puerta de acceso…..los Al Qaedos...o los que sean....más bien los que sean, además de camellas para darnos leche y cuerdas y palmeras para atar nuestros tobillos también tienen, aunque parezca mentira, conexión a internet con ordenadores que cooperantes anteriores les han entregado.
Solo les ha faltado atarse ustedes mismos a la palmera y ordeñarles las camellas.