-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

miércoles, 26 de agosto de 2020

PRUEBA Y TESTEO DE LA BICICLETA ESCOTTEX UNO PUNTO UNO EQUALITY.

No es necesario palparla, es suficiente una primera mirada de soslayo para sentir que nos traemos entre manos, para saber que nos encontramos ante una sobria máquina, una yegua salvaje, un somormujo de las retamas que nunca defraudará ni al más exigente usuario y porqué no decirlo, usuaria.

Solo dar la primera pedalada y ya algo propiamente dicho nos indica, que nos encontramos ante una dama feroz, sobria pero ágil, esquiva pero dinámica, audaz pero sensitiva.

Cierto es que el lanzamiento de su horquilla, -creo que es la horquilla, si no lo otro-, nos puede jugar alguna mala pasada si nos encontramos en una trialera con una monja tocando la guitarra o simplemente frente a una morsa ecuestre, pero a poco que sobrecarguemos el retraso de la tija con nuestro ano, compensará ese pequeño desequilibrio que no deja de ser una sensación propiamente dicha y en ningún caso una actitud. Siempre responderá fielmente a nuestros closnollos. Incluso con lluvia.

Aún así se echa en falta un aumento de los grados de torsión de un par de atmósferas, grosso modo. Esto corregirá la flecha de la biela y aumentará la mosflalla del piñón que tiende a retacar.

En las siguientes imágenes cedidas por Bryan Mc Dowell (Gracias Bryan)podemos disfrutar las sensaciones que transmite tanto en ruta, como demostrando que es una agresiva trepadora y llegar donde otras muchas con más pretensiones y mejor ángulo Thorsen no llegan ni de coña.

Aunque las primeras sensaciones son de que nos encontramos ante una máquina para cortos paseos, nada más lejos de la realidad, ¡no jodas! Nuestra Escottex nos reserva grandes sorpresa ocultas,, y que por ocultas puedan parecernos casnoplias, pues no, ¡coño que no! Que no es así ostias, que carga que te cagas.

Aquí puede observar el avezado lector a poco que se fije que a diferencia de la competencia nos sorprende con una tercera rueda de repuesto. Esto parece una gilipollez pero no es así, si tenemos en cuenta que podemos evitarnos el llevar una cámara de repuesto.
En el reportaje fotográfico se puede comprobar que nuestra Escottex carga lo no escrito, incluso lo nunca visto. En el momento de la prueba no pudimos por causas ajenas a nuestra editorial someterla a la prueba del botijo, pues no llegó al cierre de la edición, pero pudimos comprobar que nuestra pequeña Escottex, no solo se lo traga todo, sino que lo absorbe todo. Sus señas de identidad no tardan en aflorar e incluso a veces aflugir y regurgitar, y nos hace encontrarnos ante una auténtica bestia pero bella a la par que eso es lo difícil no te jode.

Hogareña pero también gaznaflilla y soborbeta, aqui podemos ver a nuestra rapaciña tímida pero curiosa.
No nos dejemos engañar por las apariencias, nuestra scottex es fácil de transportar.
Se traslada bien, se guarda bien y siempre nos deletairá con pequeños rincones donde trasportar nuestros enseres y barblastos. Siempre nos sorprenderá y nos dejará boquiabiertos su capacidad de carga.
En definitiva, pocas máquinas hemos testado que nos transmitan las sensaciones de igualdad, libertad, desahogo y crescencia que nuestra sobria y bien modulada Escottex que de haber tenido en las cubiertas probadas unos tacos un poco más abiertos y en forma de liendre para facilitar su drenaje habría sido más dócil de frenada.

Como punto negativo, si destacaríamos la redondez de la tija y principalmente de la potencia. Ésta, es francamente mejorable, a poco que se la eche aceite de oliva y un par de tomates en el rodamiento interno.
Tampoco va a destacar de una forma ostentosa el buje trasero, es algo lento e impreciso en sus reacciones y en alguna subida puede darnos sensación de torpeza, pero ya sabemos amigos que la bici perfecta no existe y nuestra pequeña Escottex ahí es francamente mejorable, pero al fin y al cabo es solo el trasero, el delantero compensa sobradamente las carencias de nuestra vieja compañera de salidas y es raudo y en algunas ocasiones voraz y giratorio.

Como conclusión decir que quien opte por esta soberbia doncella del monte no saldrá defraudado y regresará siempre con una amplia sonrisa en las fauces que le llevará a no encontrar un mejor sitio para esta bestia del rodar.

 

jueves, 20 de agosto de 2020

 Roma, Anno II DC.
-Carolus Augustus: ¿cuántos años tiene tu hija?
-Cesar Aurelius: EQUIS EQUIS UVE.
-Carolus Augustus: Por el culo te la hinco.

lunes, 10 de agosto de 2020

¡Quemar rutina ya!

¡Ya lo echaba en falta...Demasiada ciudad, demasiado trabajo estéril en una España que cruje, y demasiada preocupación urbanita sin solución. Necesitaba evaporar una buena dosis de adrenalina, perderme y cagarme vivo…¡Como antes joder!

Me levanté temprano, dejé la cámara de repuesto en mi cuevita, no la quiero para lo que necesito hoy. Miré de reojo mi cajita de barritas energéticas caducadas. Hoy os quedáis ahí. Hoy quiero asustarme. Hoy quiero olvidarme durante unas horas de que vivo en la España de la crisis y su euro agoniza, de que hemos tenido los santos cojones de votar a los mismos que nos han metido en ésta liada para sacarnos de ella. Quiero olvidarme de que existe el 112, la crema solar y Protección Civil. Hoy quiero estar solo, mi bicicleta y yo, solo ella, pasar un buen... o malo. Sin más ayuda que ella y yo. Como antes.

Solo un resquicio modernista, mi gps, pero solo para meterme, hoy no quiero que me saques. Las pilas, adrede, agonizando. Solo necesitaba las justas para entrar, no para salir. Siempre conmigo, mi brújula de mercadillo, con su termómetro al dorso que siempre marca 42 grados. Sin aceite. De agua sucia e imantada a la primera herradura que pille. No aciertas nunca el norte querida compañera, pero lo intuyes.

El tiempo según Maldonado, chubascos. Según Terra un poco de cada, que es lo justo para acojonar y dejarte en casa. Al final el mejor parte el que dios nos dio a entender, sacar el brazo por la ventana del dormitorio y lo que toque, que siempre es bueno....aunque llueva.

Llevaba demasiado tiempo entre semáforos, en estúpidas reuniones de corbata y Blackberry, entre el “usted” y el “encantado de conocerle”. Entre negocios inertes de una España que nadie sabe hacer flotar, aunque digan que nos sacarán ¿?…. de donde ellos nos metieron.

Necesitaba respirar monte. Necesitaba pasarlo mal. Y mal que lo pasé. Las pilas aguantaron lo suficiente para indicarme, a lo lejos, una posible salida, las fuerzas justitas, tan justitas que me abandonaron a poco de iniciar la gran subida que me sacara del valle donde me metí y donde mi cartografía solo marcaba curvas y curvas de nivel. Me tocó empujar mucha bicicleta, me tocó asustarme, me tocó gastar suela y acojonarme pero...¿No es lo que buscaba?

¡Tanto tiempo sin asustarme! Tanto tiempo, ya meses, domesticado. 58 km. Los últimos 8 por carretera, no había mas fuerzas. Pero ya tocaba perderme. Y mejor solo.

Necesitaba que mi Sociedad, mi "civilizada" Sociedad, me dejara un rato en paz. Lo conseguí, me acojoné, me quedé sin fuerzas, sin pila en el gps, sin barritas energéticas, sin cobertura en el telefonito y sin adrenalina. Una bicicleta, mi desorientada y vieja brújula y un cachito de monte.

BARATO BARATO.