-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

lunes, 27 de noviembre de 2017



-Nunca mires a nadie por encima del hombro, a no ser que le estés ayudando a levantarse.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

LA "INVERNAL" ERA DE LAS REDES SOCIALES


Se acabó la partida de tute con la copa Chinchón al lado en mi querido y mugriento bar con dos mirones por encima de nuestro hombro dándonos codazos si no echábamos la carta adecuada. Se acabó.
Mi compañero ya echa esas partidas por internet.  Incluso me ha invitado a ser su pareja virtual y jugar contra no sé quien, uno que tiene un nick como “Vengador” o “Lustroso”, no recuerdo, una estupidez.

Se acabó la cita con mi gran amigo en ese bis a bis que tan lejos nos llevaba compartiendo en un también mugriento banco del parque que nos pillaba a mitad de camino de su casa y la mía ese viaje recién terminado, ese disgusto que le ha dado su hijo adolescente, ese mal momento que está pasando..... se acabó.
Ahora mi amigo me manda un wasab para decirme que está jodido, que está triste, que está alegre, que es feliz, acompañado de unas estúpidas caritas parecidas a unos huevos fritos.
-¿Juan.... nos vemos y me lo cuentas?
-No puedo Ignacio, ando justo de tiempo, luego te mando un email y te lo explico más detenidamente.
Buff…No puedo dejar de pensar que no me apetece leer sus letras en una pantalla acompañadas de esas puñeteras caritas de solecitos tristes y estúpidos monos tapándose los ojos, no puedo dejar de pensar que quiero que me lo diga a voz, como siempre joder, mirándonos ¡Coño como hemos hecho desde niños en esos “benditos bares” que ahora reivindica la bebida negra!

El otro día quedé con mis amigos de toda la vida, con los que quedaba en la cafetería Riofrío de Colón mientras hacíamos pellas, con los que quedaba a "no hacer nada" solo a estar juntos. Con los que quedaba a mirarnos, o a mirar al aire, que más daba, oía su respiración junto a mí. 
No es habitual, pero ese día sucedió. 
Nuestras mujeres de viaje de solteras, estábamos de Rodriguez y decidimos hacernos una barbacoa. Éramos cinco. La barbacoa terminó. Estaba riquísima. 
Llegó la hora de la sobremesa, de la charla, de las risas, de las gracias sobre nuestra condición de Rodriguez o... sobre lo que fuera. No fue así. A los 10 minutos mis cuatro amigos sostenían cada uno un celular en su mano ¿chateaban, buscaban en Internet? no lo sé….tenía sueño, quería madrugar para salir en bici y mis amigos charlaban con sus celulares o igual tan solo estaban viendo los últimos avisos del facebook......me despedí, y triste me fui a dormir. Esa noche no había charla, ni risas, ni bromas. Esa noche tocaba charlar con el celular.

Antes, "tenía" que salir todas las mañanas de un sábado con mi bicicleta para poder ver a mis amigos, para cuando llegara el llano sincerarse conmigo, sincerarme con ellos… me encantaba ¡que tiempos! Ya no es necesario madrugar, desplazarte a un punto a compartir una mañana con ellos. Ahora tenemos un grupo abierto en Facebook, y poquito a poquito, como de rondón, a todos, sin saber porqué ni como, nos han ido surgiendo espontáneas obligaciones para el sábado por la mañana y ya a nadie nos queda tiempo para compartir una mañana juntos ¿Para qué? ¡Ya nos vemos en Facebook y nos contamos lo que sea!... Es que ando fatal de tiempo.

Como leí en un chiste de los que corren por esa maldita a veces red social:

¿No tienes tiempo de echar un par de horas conmigo? ¿Y si no tienes tiempo como coño has llegado al nivel 250 del Candy Crush?
  
Me quedo obsoleto, lo sé, pero mi celular no vendrá a ningún lugar conmigo cuando esté contigo. Si salgo contigo, es para estar contigo, escucharte, mirarte, ver que me dicen tus gestos, ¿Alegría? ¿Decepción? ¿Estás enfadado conmigo? Disfrutar de esa espontánea charla no escrita y revisada antes tres veces por Word y mandándome “caritas” para que interprete tu estado de ánimo. ¡Vaya mierda!

Me gustaría que mi sentimiento fuera bidireccional, que tu celular no interrumpiese lo que trato de contarte, lo que necesito explicarte sin darle al corrector. Que no me digas: disculpa Ignacio que me llama mi mujer en seguida estoy contigo. ¡Joder!, a tu mujer la ves todos los días, incluso de vez en cuando te acuestas con ella, conmigo no… ¡Ya, pero a lo mejor es importante! Ya…..yo pensé, como antes, yo también soy importante.... o lo era.

Ya hace tiempo que no comparto una larga charla, un largo paseo, una encadenada cerveza tras cerveza en nuestro bar, ni siquiera una marcha por la sierra sin que suene un puto celular a romper mi mañana, mi magia, tu compañía y alguien me diga: Espera Ignacio que me llaman…..a lo mejor es importante.

Puto Facebook, puto email, puto wasab y puta falta de discriminación de lo que hay que saber hacer en cada momento.

Cuando estés conmigo no te interrumpirá mi celular porque no es que lo lleve en silencio. Es que no lo llevo. ¿Para qué? El próximo rato es para ti.
Se nos ha ido de las manos. Lo peor no es esto, es que lo sabemos, pero no podemos o no queremos evitarlo. La tecnología ha terminado con el calor de "tú y yo"....nadie más.


sábado, 18 de noviembre de 2017



-Yo tampoco sabía qué coño hacer con el color blanco de los lápices de colores…

martes, 14 de noviembre de 2017

Los Plastas



 
¿Quién no se ha topado nunca con un plasta?

A todos nos ha tocado un plasta en nuestra vida, quien diga lo contrario es que miente como bellaco o, él es un plasta.

¿Pero hay forma de librarse de un plasta?

¡NO!


El plasta no atiende a súplicas ¿Por qué? Porque no se acepta como tal. Y es por esto que ya la cosa de inicio está jodida.
El plasta por su propia condición de plasta es reiterativo hasta la extenuación, no suya, sino del humano que accidentalmente se puso en su camino. Su víctima. 



El plasta no gesticula, tampoco cambia los tonos, simplemente te la suelta y te la suelta y te la suelta.
¿Hasta cuándo te la suelta? ¿Hasta que se canse?

NO.

El plasta no se cansa. Es inviable por su propia razón de ser. Si tuviese el sentimiento del agotamiento ya no sería plasta.

El plasta no se hace, nace. Por ello el plasta no puede dejar de serlo, simplemente lo es.

Los plastas tampoco se reconocen entre sí porque ellos mismos no se aceptan como tales.

No lo intentéis. No intentéis agotar a un plasta, tampoco intentéis explicarle que tenéis prisa o que vuestra paciencia se ha agotado, porque una característica del plasta es la ausencia de piedad.

El plasta no tiene sociológicamente solución a corto. Realmente ni a corto ni a largo. El plasta nace y muere siendo plasta.

Lo mejor es mirarle como las vacas ven pasar el tren, abstraerse en cosas vanas y dejar el tiempo correr o salir vosotros corriendo. No se ofenderá, es plasta. La próxima vez que os pille seguirá la conversación donde la dejó. Por lo menos el mío es así.

sábado, 11 de noviembre de 2017



No sé si tirar la basura o exponerla en ARCO