-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Corren malos tiempos


Los que queremos escapar de cuando en cuando de la urbe para descansar de “la normativa vigente”, nos lo están poniendo muy difícil.

La sociedad en la que nos ha tocado vivir, llena de prisas y agobios, no facilita a los que periódicamente precisamos olvidarnos de la ciudad y su “civilizada” forma de vida, buscar nuevas experiencias fuera de las redes habituales del turismo de hamaca y sombrilla.

La disponibilidad de tiempo en este sistema que “libremente” hemos elegido, no nos permite recorrer grandes espacios si no es en vehículo.

Los que mejor lo tienen disponen de un mes al año. ¿Qué se puede conocer de la naturaleza fuera de los circuitos turísticos en un mes?

Andando, como pretenden los “nuevos ecologistas” podremos recorrer unos kilómetros, de acuerdo. ¿400? ¿600? Y eso acabando con la lengua fuera y pagándonos a la vuelta un buen callista.

En coche, única forma de recorrer amplios territorios en diez días, que es a lo más que aspiramos la mayoría… a los “cachas gordas” no les viene bien que vayamos. Con lo que, ancianos, tullidos, familias con niños pequeños, obesos, los que tengan juanetes, preñadas y demás mortales sin una adecuada preparación, por decreto ley de los intransigentes cada vez van teniendo más obstáculos para poder disfrutar de la naturaleza.


Ésta queda reservada para vagos, cachas, parados, penitentes, hippies, anacoretas y ermitaños.

Esto no es lo peor. Los “elegidos” libremente por el pueblo para jodernos, se hacen eco de estos “coleguitas del campo” y empiezan a atiborrar las hojas del B.O.E. de candados y cancelas.

¡Hemos palmado todos!. En los Picos de Europa no se puede ir ni en bicicleta y según que sitios, ni andando.

La acampada, algo a lo que todos tenemos derecho, pues nadie debe de tener autoridad para impedirnos dormir en el suelo, ha sido prohibida hace muchos años. Al efecto, existen “corralitos” donde bien agrupados nos permiten pernoctar.

A todos estos “protectores” de despacho, que lo más “natural” que conocen es la Casa Campo, parece que se les olvida algo al mirarse al espejo.
¡Que somos animales!

Y como tales, algunos queremos movernos libremente por la naturaleza.¿Qué somos racionales? ¡Pues coño! Por eso vamos en coche.


De acuerdo que hay excesos por parte de algunos trogloditas.

¿Y donde no? Eso no implica que paguen justos por pecadores.

No se prohíbe salir a la calle para evitar que asesinos, asesinen o para evitar a los “conductores suicidas” se nos prohíbe conducir a todos.

Se ha perdido el sentido de la proporción.

Y esto… va a peor.

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