-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

viernes, 30 de noviembre de 2018

SAHARA, LA NADA

Quien haya atravesado el desierto por primera vez y ya marcado en su arena su leve huella que el primer simún borrará, otra huella ya le habrá marcado y está no será tan exigua. 

Quien se ha cruzado con los targui, se habrá impregnado de los valores que la urbe ya dejó atrás, la sencillez, la hospitalidad, la humildad, la inocencia, la generosidad, ofrecer sin intercambiar,  agradecer lo que queda y dar sin esperar. 

Quien haya entrado en el desierto, sufrido su abrumadora soledad, sentido su sed, su falta de vida, su silencio cruel, solo contará días. 
Para regresar. 
Ysea Lav.

martes, 27 de noviembre de 2018

El circuito de Monza en el Erg Chebbí


 

No sé si eso es una agradable noticia. 

En fin, si lleva dinero a la gente de allí pues hay que asumirlo y aceptarlo pero Merzouga dejó de ser el paraíso de 4 TTs y 4 porretas que nos juntábamos allí y han tenido que hacer dos carreteras para que el turismo de maleta -ahora mayoritariamente chinos- puedan llegar en cientos de autocares hasta la misma arena del erg. 

Por cierto, estos miles de recién llegados arrastrantes de maletas con ruedines que han alicatado Merzouga de autocares y asfalto, son los que luego tienen el cuajo de reprocharnos que los TTs contaminamos el lugar. 

Ya les vale. 
En fin... ahora Monza junto al Erg Chebbí. ¡Ole!

lunes, 26 de noviembre de 2018


Corrupción es sobrepasar el nivel medio de inmoralidad aceptado para nosotros mismos.

martes, 20 de noviembre de 2018

Sensaciones en la piel

¡Que barbaridad!

Hay momentos en los que parece que la apatía se apodera de nosotros, ahora que a algunos parece que nos cuesta un poco salir al monte y andamos algo disgregados me viene a la cabeza este escrito que ojalá abra nuevos ánimos a practicar lo que más nos gusta y lo que de alguna forma nos unió a todos.......Leo una respuesta de un amigo en la que (de broma) busca algún producto que repela las ramas y evite los arañazos.

Pues no puedo estar más en desacuerdo contigo compañero. Seré un tipo raro, pero nunca adquiriría ese producto mágico que evitase que sintiese esas sensaciones que tu pretendes evitar con las jaras, las zarzas, los enebros, incluso alguna rama golpeándome y añadir a todas mis sensaciones en una soleada o lluviosa salida, otra sensación muy fuerte, el dolor.

No me importa llegar magullado y herido, es más, seré un tipo raro, pero si vuelvo "entero" no ha sido una salida completa.En la bicicleta hay sentimientos mucho más intensos que la velocidad.Con unos años ya en esta actividad y toda mi vida perdido en algún rincón de nuestros montes, he aprendido a sentir con alguno más de nuestros cinco sentidos.

Cuando salgo con mi bicicleta, esa máquina que ahora cuido más que a mi coche, que limpio más que mi casa, que miro hasta que me dicen: déjala ya, que la vas a gastar, cuando salgo con ella, me gusta además de rodarla, mirar todo lo que hay a mi alrededor.

Cuando subo, aprieto los dientes y escucho cualquier sonido que me rodea, me gusta identificarlos todos, quien o que los produce, si es por miedo, por acecho, por dolor, por contacto.

Cuando bajo, acelero, me gusta que un charco me salpique, temer esa arena suelta que descontrola mi máquina, dudar si seré capaz de superar el próximo bache o la próxima piedra.

Cuando llaneo, lo miro todo, cualquier encina a la que los demás llaman árbol, cualquier mirlo al que los demás llaman pájaro, cualquier roca, sus formas, sus grietas, me quedo ensimismado mirando hasta cualquier papel que algún desaprensivo dejó.

Pero tanto si subo, como si llaneo, como si bajo, nunca eludo ese contacto en mi piel que además de gozar disfrutando de la vista, del olfato y del oído, no podría disfrutar de mis salidas si no sintiese el sentido del tacto. Aunque éste, me haga sangrar.

Cuando salgo miro a lo lejos las viviendas que avanzan y que quizás algún día lleguen hasta mi y hasta esa piedra que ayer me tiró, o hasta ese árbol que me golpeó y entonces, cuando mi árbol, mi piedra, ya no existan, me miraré la piel y en ella veré la cicatriz de cuando algún día por allí, solo, pero acompañado de todos mis sentidos, una vulgar zarza o una vulgar piedra me hizo sangrar y........... mucho más.

Soy un tipo raro.....o quizás no. No lo sé me da igual.

viernes, 9 de noviembre de 2018


-El clavo que sobresale siempre recibe un martillazo.

sábado, 3 de noviembre de 2018

Los Perro flautas y los “defensores de los derechos humanos”

Lo comentaba Rojas Marcos en una entrevista con el tipo raro ese de las gafas, el Cristonosequé, que ni ganas tengo de buscar su nombre: “En España nos estamos haciendo adictos a la queja”.

Estamos llegando a un doloroso punto en el que los que eran un referente dignos de elogio para mover la pasividad y las conciencias y superar el docilismo en el que ya algunos, por edad o por hartura, nos hemos acomodado al sistema, está causando un efecto rebote en el que los perro-flautas, algunos ecologistas, algunas ONG, algunos antisistemas incluso pacíficos, y algunas cadenas televisivas protestan tanto que ya han pasado del término “protesta” a “dar la brasa” y por tanto perdiendo la empatía y la admiración que hacia ellos algunos podíamos tenerles.

Hay muchos derechos humanos que defender pero también están los derechos humanos de los que estamos ya rebosantes de hipócritas, salvadores de la moral y tocapelotas, que como bien dice el eminente doctor, “Nos estamos haciendo adictos a la queja”.

Que a los inmigrantes, desahuciados, trabajadores, estafados, y demás damnificados de nuestro sistema hay que darles un trato humanitario, cariñoso, empático y  con la capacidad de ayuda necesarias es algo que debería de ir implícito en el término “humano”.

¿Qué no es así? A la vista está, pero si pasamos de “Proteger” a Dar la Brasa, a ser unos putos coñazos, a reventar a manifestaciones siempre las mismas calles, a dar de ostias a la policía como plan del sábado noche, a reivindicar no sé que historias de “devolución en caliente”, a retirar concertinas, quitar pelotas de goma y abogar por proveer a la Guardia Civil bolígrafos Bic y un puñado de arroz para proteger nuestras fronteras, a dar prioridad moral a los protestones profesionales que a quienes nos protegen, entonces creamos ya en algunas capas sociales un efecto de aversión que nos hace repeler a estos profesionales del 
“¿dónde nos manifestamos hoy y porqué?”.
 
¡Sois unos putos brasas!