-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

martes, 20 de noviembre de 2018

Sensaciones en la piel

¡Que barbaridad!

Hay momentos en los que parece que la apatía se apodera de nosotros, ahora que a algunos parece que nos cuesta un poco salir al monte y andamos algo disgregados me viene a la cabeza este escrito que ojalá abra nuevos ánimos a practicar lo que más nos gusta y lo que de alguna forma nos unió a todos.......Leo una respuesta de un amigo en la que (de broma) busca algún producto que repela las ramas y evite los arañazos.

Pues no puedo estar más en desacuerdo contigo compañero. Seré un tipo raro, pero nunca adquiriría ese producto mágico que evitase que sintiese esas sensaciones que tu pretendes evitar con las jaras, las zarzas, los enebros, incluso alguna rama golpeándome y añadir a todas mis sensaciones en una soleada o lluviosa salida, otra sensación muy fuerte, el dolor.

No me importa llegar magullado y herido, es más, seré un tipo raro, pero si vuelvo "entero" no ha sido una salida completa.En la bicicleta hay sentimientos mucho más intensos que la velocidad.Con unos años ya en esta actividad y toda mi vida perdido en algún rincón de nuestros montes, he aprendido a sentir con alguno más de nuestros cinco sentidos.

Cuando salgo con mi bicicleta, esa máquina que ahora cuido más que a mi coche, que limpio más que mi casa, que miro hasta que me dicen: déjala ya, que la vas a gastar, cuando salgo con ella, me gusta además de rodarla, mirar todo lo que hay a mi alrededor.

Cuando subo, aprieto los dientes y escucho cualquier sonido que me rodea, me gusta identificarlos todos, quien o que los produce, si es por miedo, por acecho, por dolor, por contacto.

Cuando bajo, acelero, me gusta que un charco me salpique, temer esa arena suelta que descontrola mi máquina, dudar si seré capaz de superar el próximo bache o la próxima piedra.

Cuando llaneo, lo miro todo, cualquier encina a la que los demás llaman árbol, cualquier mirlo al que los demás llaman pájaro, cualquier roca, sus formas, sus grietas, me quedo ensimismado mirando hasta cualquier papel que algún desaprensivo dejó.

Pero tanto si subo, como si llaneo, como si bajo, nunca eludo ese contacto en mi piel que además de gozar disfrutando de la vista, del olfato y del oído, no podría disfrutar de mis salidas si no sintiese el sentido del tacto. Aunque éste, me haga sangrar.

Cuando salgo miro a lo lejos las viviendas que avanzan y que quizás algún día lleguen hasta mi y hasta esa piedra que ayer me tiró, o hasta ese árbol que me golpeó y entonces, cuando mi árbol, mi piedra, ya no existan, me miraré la piel y en ella veré la cicatriz de cuando algún día por allí, solo, pero acompañado de todos mis sentidos, una vulgar zarza o una vulgar piedra me hizo sangrar y........... mucho más.

Soy un tipo raro.....o quizás no. No lo sé me da igual.

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