-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Análisis de una potencia

Si, ese cacharrito de unos 10 cm. que su única misión es unir el manillar a la dirección en nuestras bicicletas, es objeto en una revista especializada de un arduo análisis por eso de justificarse con la misión encargada por el editor.......

Pues hoy queridos míos, vamos a llenar una paginita analizando un cacho hierro.

Comienza el artículo:

La misión de una potencia es muy simple unir manillar y dirección.

Poss yatá ¿no? Analizado con dos palabras........¡pues no!!!! ¡¡¡Una página entera para contar lo mismo!!!!!

Me explico, me explayo y no me callo, leo:

Las potencias Thompson empiezan a enamorarte cuando las instalas.

Ya.......ejem.....si....toy namorao......... Sigo con el incomible y sesudo análisis.

Es una gozada apretar los tornillos de ajuste y ver como las pletinas se ciñen a la superficie de los tubos de modo uniforme.

Ayyyy virgencita de la pata quebrá que me da un soponcio. Este tío la está gozando apretando un puto tornillo de forma uniforme. Si la goza con estas cosas.......este tío en la cama no sale vivo de felicidad. No cabe de gozo y alborozo.

Pues nada, sigo analizando:

......en concreto la rigidez torsional de las potencias Thompson no tiene parangón en la industria ciclista.

Acabáramos. Lo dijo. Podría decir yo también algo pero para que......me encuentro mal no puedo articular análisis y me pesa el oscondrillo. Mal hijos, me encuentro malamente pero debo de seguir el análisis mayormente.

La sencillez de su diseño (nos ha jodío, es un puto hierro) y las superficies limpias y redondeadas no solo resultan atractivas, también se agradecen en caso de accidente o simplemente de rodillazo.

Mira en esto tienen razón, la última potencia que tuve tenía un enano encima que me daba con el martillete en la rótula el muy cabrón. Cuán agradecido estoy a los ingenieros de Thomson de que la forma ya sea “limpia y redondeada” y libre de enanos cabrones.

Bueno vayamos al precio. No, no, no se contentan con decir el precio y hala a otro artículo o análisis, por ejemplo el de un radio, pues no hijos que va, que va. Lo adornan para acabar la página. Leo:

¿Inconvenientes? Pues que las thompson no crecen en los árboles ni te las regalan si juntas veinte tapas de yogures. Tendrás que romper la hucha si quieres echarle el lazo a una.

¡ojo al siguiente dato que no tiene desperdicio........

es probable que cambies de bici pero no de potencia.

No se hijos, me voy a acostar no sin antes tomarme una tila. Estoy realmente mareado, aunque feliz. Acabo de apretar con mi atornillador una potencia Thomson ¿Puede haber más felicidad?

Me voy a la cama prendado de jolgorio.....mañana desatornillaré la potencia con tal de volverla a apretar y encontrar el climax.

martes, 20 de septiembre de 2016

Tesón o terquedad


Dejó joven la bicicleta, esas viejas bicicletas plegables que su padre le arreglaba los pinchazos de sus endebles ruedas cada vez que volvía. Después creció, aparcó en un rincón su vieja bicicleta y la olvidó.

Treinta años después decidió seguir a su hijo y compró una nueva bicicleta. ¡Que rara es pensó!, ¡toda llena de palancas! En poco tiempo su recuperada afición de la niñez le pedía más, más y más. Ya no la usaba para ir al parque, su hijo, joven aún, empezó a quedarse atrás y pronto ya los llaneos y los paseos no le dejaban satisfecho.

Empezó a subir su intensidad y en unos meses ya empezó a meterse por zonas más complicadas. Su escasa –su nula- técnica le tenía más en el suelo que sobre la bici pero él decidió seguir.

Nunca había estado en urgencias pero en un año ya la había visitado 4 veces. Sus barrigudos amigos se reían de él:

¿Pero como se te ocurre a estas edades hacer el indio con una bicicleta?

¿Qué te quieres demostrar? ¡Vente a echar un mus!

Pero él decidió seguir.

Su familia se preocupaba de tantas caídas y lesiones. ¡Debes dejarlo ya! ¿Por qué te ha dado por esto? ¿Porqué no haces lo que el resto de la gente de tu edad?

Pero él hacía oídos sordos y decidió seguir.

Seguían las caídas, rara era la salida que no cataba el suelo. ¡Da igual! Debo seguir.

No podía dejarlo, en tan poco tiempo había descubierto tantas sensaciones..... emociones.......sufrimiento......lucha.....¿como voy a apartar ahora estos nuevos y descubiertos sentimientos de mi lado?, se decía.

Debo de seguir

Ahora es cierto que se viven muchos más años que antes y hay que llegar a esa prolongada vejez con cierta calidad. Tantas caídas pensaba, me pasarán factura, aún así, prefería no echar el pié a tierra que sería lo más procedente y se obstinaba en seguir intentándolo.

Lo que se hace en cualquier faceta de la vida sin entregarse al límite, sin dar todo de ti, sin sufrir, no te hace grande, decía.

En la vejez, lleno de dolor, de antiguas lesiones, de viejas caídas, ya veré que hago, pero ahora........ debo de seguir.

....¿Lo mejor?... Concluí un día que me consideraría licenciado en ciclismo cuando el uso de la tarjeta Decathlón mensual superase a la de Sanitas.....estoy en el buen camino.....creo.







viernes, 16 de septiembre de 2016

Raid Rumanía


Tras más de 6.000 km. recorridos atravesando 10 países hemos llegado a España. El viaje ha sido muy intenso y con momentos fuertes pero todos eclipsados con el accidente de uno de los Toyotas con 4 ocupantes a bordo.

Transitábamos por una estrecha pista con un gran terraplén de fuerte desnivel a nuestra izquierda y espesa vegetación que no dejaba ver más allá de 2-3 metros, antes había un paso complicado con inclinación lateral y un árbol cruzando el camino que algunos vehículos superaron pero se movió y tuvimos que bajarnos a apalancar y retirarlo del camino, mientras lo hacíamos, oíamos voces delante de nosotros a unos 200 metros.
Había 3 coches delante de mi de los 12 que formábamos la expedición en ese momento. Según me acerco oigo voces de socorro e inmediatamente Chelo viene hacia mi corriendo y diciéndome que uno de los coches se ha despeñado. A la vez gritos por las emisoras de una de las mujeres que iban delante: ¡Acudid todos los hombres, deprisa!

Corremos hacia donde nos indican y me encuentro a uno de los accidentados que ha salido por la ventanilla y me dice ¡Ignacio rápido hemos caído allá abajo!
¿Allá abajo donde? Yo no veo nada Raul.
¡Abajo, abajo, hemos dado vueltas de campana, mi familia está atrapada abajo.
El camino había hecho un amago de ceder al paso de los dos primeros coches y cuando pasó el tercero cedió definitivamente al paso de la rueda trasera izquierda y el coche había bajado volteando hasta apoyarse en un árbol 50 m. más abajo.
Una fuerte vegetación impedía ver el automóvil. Bajamos como pudimos, había mucha pendiente, mucha maleza y era difícil hacerlo. Cuando llegué el coche estaba apoyado sobre su lateral derecho y todavía había 2 personas dentro, una de ellas de gran corpulencia en el asiento del copiloto en muy mala situación.
Aseguramos el coche, pues amenazaba vuelco hacia la zona desde donde trabajábamos en el rescate. Tras los primeros auxilios de las 2 compañeras enfermeras del grupo empezamos a valorar como poder sacarle del coche y lo que es peor, como subirle los 50 m. que nos separaban del camino. Era momento de estar tranquilos y enfriar la mente, yo veía muy complicado subirle con lo voluminoso que era y en la situación que estaba hasta arriba, pero no había otra, allí ningún medio podría llegar salvo bomberos y podían tardar mucho en hacerlo y con lo mal que estaba podia ser tarde.
Estaba muy dolorido y por el frontal era la única posibilidad, aunque estaba muy deformado, en las fotos se puede ver el espacio que quedaba para sacar un herido de 63 años y con la corpulencia que tenía. Tenía muchos dolores en el pecho y en un hombro que nos dificultaba más el rescate.

Finalmente pudimos sacarle del coche, atenderle más cómodamente e inmovilizarle, después improvisamos una camilla con una plancha de arena e hicimos un arnés con las eslingas que teníamos que le pudiera mantener más o menos sujeto a la plancha mientras le izábamos.

La plancha tenía 80x35 cm. demasiado pequeña para la corpulencia de Jorge, había que asegurarle por los laterales pues la trepada que teníamos era importante y su espalda era difícil estabilizarla en esa superficie.

Una vez preparado empezamos a trepar trasladándole metro a metro, levantando a pulso y a los pocos centímetros volviendo a posarle en el suelo. Cada paso que dábamos todos nos íbamos al suelo de lo escurridizo y empinado del terreno y que las fuerzas ya flaqueaban, teniendo cada paso que dábamos descansar y reorganizar la posición, había muy poco espacio para poder subir su peso entre varios.

Finalmente tras dos largas horas llegamos arriba ante la emoción y lágrimas de todos los que arriba esperaban nerviosos la evolución del rescate sin poder ver nada pero oyendo nuestras voces. En ese momento llegaron en un tractor los sanitarios rumanos, le atendieron, le montamos en uno de nuestros coches y le acercamos por una durísima trialera hasta la ambulancia que esperaba a 4 kilómetros en una bajada que fue un infierno para Jorge.

El coche tenía muy mala pinta recuperarlo, nuestros cabrestantantes no podrían con él ni trabajando 2 juntos, como estaba el coche podía dar una oposición de más de 10.000 kg. y nuestros winches solo podrían con 4.000 cada uno y poco tiempo pero el tractor que se usaba para la extracción de los árboles de los montes tenía un potente cabrestante con el que conseguimos en unas horas recuperar el coche que muchos dábamos por perdido y devolverlo al camino.

Tras la emoción de todos de haber salvado una vida y los nervios de algunos que aguantaron los momentos de tensión para explotar cuando sacamos por fin a Jorge nos relajamos y nos dimos cuenta de la realidad, donde cayó, o le sacábamos nosotros o ahí no había posibilidad de evacuación alguna ni en helicóptero, descansamos un poco pero todavía quedaban por pasar por la zona donde cedió el terreno 8 coches.
Algunos dudaban si dar la vuelta, impactados por lo acontecido, todavía se veía el paso a superar mucho más estrecho de lo que realmente era. Con marchas cortas, ocupando los vehículos únicamente el conductor y dirigiendo desde fuera la parte más delicada del paso, alcanzamos todos al otro lado. No todos pudieron mirar la operación de paso, se veía la zona cedida tan mal que se daban la vuelta para no verlo.

Probamos el coche tras dejar estabilizar los aceites, ¡arrancó incomprensiblemente! por lo que lo trasladamos protegido por otros 2 todoterrenos a 80 km. donde el RACC los peritos que vieron las fotos dictaminaron siniestro total por lo que el coche no podía ser repatriado. Aún así se trasladará a España por medios privados para aprovechar las piezas ya que tenía una gran preparación para Raid.

Jorge, el único de los 4 que sigue hospitalizado será repatriado mañana con un avión medicalizado.

Después de lo vivido, podemos decir que hemos tenido una gran suerte. Los chiquillos muy impactados por lo allí vivido pero en todo momento estuvieron subiendo y bajando el terraplén asistiéndonos a los que abajo estábamos con agua, medicación, herramientas, etc.

Un gran trabajo de equipo que dio un feliz resultado.

¡Jorge recupérate pronto!




lunes, 12 de septiembre de 2016

Viajes extremos, cabeza amueblada


En los viajes de hamaca y sombrilla si te coges un berrinche con tu compañero lo tienes fácil, recoges los bártulos, desinflas el patito, pliegas la hamaca y te subes al apartamento, pegas un portazo y cuando se te pase te vas con él a tomar una horchata. Y si no se te pasa, coges el primer bus y tiras para casa que ya de regreso en 2 días seguro que habéis firmado armisticio.

A 3.000 km. de casa no existe ese autobús que te aleje de tu “enemigo.”

Hay que preparar no solo el físico, tan importante o más, la cabeza.

La primera premisa, los problemas que traemos de la península se quedan en el barco, en un hatillo en la proa, y a la vuelta estarán ahí, esperándonos, para recogerlos nuevamente.

Todos los contratiempos, aquí no son problemas, sino parte del viaje y con ellos debemos de convivir, llevarlos con positivismo e ir solventándolos entre todos.

-El viaje puede que acabe nada más salir, con una avería, esto también es parte del viaje, toca sonreír para animar a tu compañero, llamar una grúa y, ya habrá otro, éste ha terminado.

-Puede que perdamos los nervios cuando agotados veamos pasar el tiempo con estúpidos trámites burocráticos en una sucia frontera.

-Puede que haya que conducir 20 horas seguidas en marchas reductoras a 20 por hora sorteando piedra tras piedra.

-Puede que haya que palear 3 horas a 50 grados para liberar el coche de las arenas.

-Puede que después de palear 3 horas, a los 500 metros haya que palear otras 3. ¿Yquien sabe? quizás otras 3.

-Puede que una riada nos haga desandar 100 km. cuando ya teníamos al alcance de la vista nuestro ansiado destino de esa noche y por otra vertiente, tratar de llegar...... o no llegar.

-Puede que nos perdamos, que estemos horas y horas buscando una salida en los cordones de dunas, puede que tengamos que dejar pasar la noche buscar la estrella polar, marcarla con una señal en la arena y ya menos espesos y más enteros, encontrar esa testaruda salida al amanecer.

-Puede que nuestros compañeros de expedición sean menos diestros que nosotros con el volante y cuando estemos extenuados, tengamos que salir por enésima vez bajo el sol a ayudarles con una sonrisa.

-Puede que el coche 1 quiera avanzar 50 kilómetros más después de estar todos al límite, puede que el coche 2 hubiera querido quedarse 100 kilómetros. antes, puede que el coche 3 quiera plantar ahí la tienda porque ya no tiene fuerzas para hacer un solo kilómetro más. Es cuando hacen falta cabezas frías que aúnen criterios y en las situaciones tensas aplaquen ánimos.

Lo que en España puede ser una nimiedad de tu compañero de viaje, allí es una "ofensa", simplemente, que te levantes un segundo y te pille tu silla es motivo para darle un tajo en la yugular, que se coma la última sardina de la lata, esa sardina que tú “pensabas” que ¡era tu sardina! es algo imperdonable, que se beba el último trago de agua, ese trago que pensabas que era tu trago, que ponga una clavija menos en la tienda que tú, que recoja de la mesa un plato menos que tú, que “olvide” la basura, para que sea tu coche el que por segunda vez consecutiva tenga que echarla al techo y transportarla........ cualquier nimiedad en un viaje de hamaca y sombrilla en España, es una “afrenta” imperdonable allí.

Las verás. Cada minuto las verás, toca tener la cabeza fría o tener un serio conflicto muy lejos de casa.

Solo que allí, no puedes dar un respingo, recoger tu toalla, plegar la sombrilla y subirte al apartamento a dar un puñetazo en el mueble de la cocina. Allí, a 3.000 km. de casa solo queda respirar 10 veces muy seguidas, mirar a tu compañero de viaje y.......regalarle una gran sonrisa.....en España ya le cantarás las cuarenta. O seguro que no. Se te habrá olvidado.

A África hay que viajar con humildad, hay que compartir, hay que entender, hay que ofrecer lo que puedes dar, hay que mirar a sus gentes como a ti te gusta que te miren, hay que aprender de ellos lo que nosotros aquí ya olvidamos, la cortesía, la caridad, la sencillez, lo que vale un segundo de vida, lo que vale regalárselo a alguien. Y lo que allí viviremos en primera persona:
no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.

Solo así disfrutarás de un viaje distinto. Esto es parte del mismo, si no sabes hacerlo, si no te encuentras preparado para ello, si no confías en tu temple, no viajes, será tu infierno y el de quienes te acompañan.

Prepárate para ello, resetea de tu cabeza todo lo que haces sobre el asfalto, todas tus reacciones y costumbres urbanitas y de nuestro “avanzado” mundo, todos tus tabúes sobre lo que aquí algún desorientado mental embriagado de racismo te cuenta sobre los “moros” y.....

será el viaje de tu vida. Tú mismo.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Un gran juego...en el que pensar.

Quizás deberíamos de replantearnos algunos valores, como el de recuperar aquellas charlas sin "obstáculos" con los amigos o el de no dejar a nadie con la palabra en la boca porque ha sonado tu teléfono.