-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

lunes, 8 de junio de 2020

Anecdotario viaje Rumanía

Nos agrupamos en el puerto de Barna el viernes 14 los primeros expedicionarios que para que este breve anecdotario no parezca en sus inicios el listado del Registro Civil ya iremos conociendo más adelante.

Embarcamos con destino a Génova y tras buscar nuestros camarotes y acomodar el equipaje subimos a cubierta a gastar horas de travesía. 
Llegamos a la mañana siguiente a Génova donde ponemos rumbo a Ljgurhajlanblanjana capital de Eslovenia y donde ya nos esperaban las cuatro nuevas incorporaciones de aventureros, los trotamundos Eduardo y Adrián, pater y filio, con su Defender tuneado que parecía un G y que más adelante resultó serlo y nuestros amigos vascos Luis Jorge y Amaya con su flamante rocín Rommel, un GR de alegre montar. 
Salimos a pasear por tan bohemia ciudad y por la ribera de su innombrable río repleto de terrazas y tiendecillas. También por el aquel de hacer algo de hambre y cansar piernas alguno subimos al castillo con vivo andar. Cena romántica en el rio hgfjkdsnxji y regreso al hotel. 
Salimos ya a la mañana siguiente camino de Budapest donde a su llegada nos reunimos con el resto de la expedición. Los alegres y pizpiretos Juan y Lourdes que tienen montado un doble depósito de chuches en algún lugar oculto de su Toyota y fueron mis suministradores de esta mía debilidad de devorar todo lo que algo de azúcar contenga. 
También conocimos a Alejandro y Marcos con su super 80 doble capa de pintura y a la simpática pareja de leoneses José Antonio y Tere con Magiolino, su bailón Toyota que dentro de poco apunta a que sufrirá un restiling en su alegre y nautica amortigüación. 
Fuimos a pasear la ciudad repartidos en taxis que nos subieron a la zonal alta donde gastar carrete con vistas a Buda, Pest, el Vesubio y al más allá presidido todo por el imponente parlamento y donde nuestros carretes fotográficos echaron más humo que el Toyota de Alejandro y Marcos. Bajamos en funicular al rio y buscamos lugar para cenar y volver cada uno a su aire al hotel paseando, oriéntandonos unos a GPS, otros a compás y planito de hotel y otros sin ganas de navegar que ya habría tiempo en siguientes jornadas se encomendaron a un taxi. 
Reunidos en el hotel nuestros guías y pastores Josep e Issa nos invitaron a la extraordinaria experiencia de vivir un botellón en las zonas comunes de un hotel cinco estrellas donde desplegamos toda nuestra intendencia etílica ante la ojiplática mirada de algún ocupante del hotel. Debido a la categoria del establecimiento optamos por no sacar también el chorizo y la chistorra, nos fueran a decir algo si acaso. 
Los siguientes días ya alternamos rutas turísticas y conducción TT y tuvimos nuestra primer contacto con el barro rumano y la primera incidencia quedando el coche de nuestro amigo Juan María en posición de búsqueda de níscalos con una culada. 
Le oimos comentar por la emisora que igual debía de quitar aire a los neumáticos pues los vascos en principio opinan que las ruedas en 2.5 van cojonudas en barro que para eso vascos son. Afortunadamente esta ruda y recia pero noble raza saben corregir y aceptan que si quitan aire van a ir mejor. 
Aburridos de esperar los de la parte de atrás decidimos acercarmos al lugar del atasco a curiosear y cuando llegamos el comando 80 ya había iniciado las primeras maniobras de rescate desplegando cabrestante, eslingas y polea de reenvío. Juan Miguel apunta que quizás mejor sacarle hacia atrás, opinión que también sospechamos en reunión de grupo se debe al vascopensar porque el rescate hacia atrás obligaba a talar la mitad de los Cárpatos, así que hicimos caso omiso aunque educado de tan agreste opinión y seguimos rescate hacia adelante, quizás menos viril pero más elegante y práctico a la par que efectivo. 
Seguimos ruta por divertidos y embarrados caminos y visitas diarias de diferentes iglesias ortodoxas y evangélicas, algunas amuralladas, tan amuralladas que no se podían visitar algunas de ellas. 
Por los pueblecillos donde pasábamos nuestro travieso expedicionario José gestionaba con los foráneos las diversas artes del trueque castellano, donde él no pone nada pero siempre se saca algo.

Así con estas castellanas artes le vació medio huerto al cura no sin antes recibir su bendición y ya de paso arrimarse s la finca de enfrente a ver si se sacaba por la patilla unos tomates si tal , en otras se trajinaba una foto con la novia y dándole permiso al novio para salir en la foto -digo bien, José autorizaba al novio a posar con él y la novia-, otras veces se gestionaba otras viandas que con artes zalameras de buen grado le daban, otras una simple charla, normalmente por gestos y en español, aunque su interlocutor no entendiese ni papa éste hacía que comprendía quizás por temor, quizás por no contrariarle sin saber antes si en posesión de razón se hallaba a tenor de los grandes aspavientos que hace pensando que así su castizo español más entendido será.  Otras le sacaba a algún meritorio lo que mejor se le antojase, aunque esto sea un palo tras ardua negociación.  ¡Un palo! ¡un palo! Pues no iba feliz con su palo que de avellano pensaba era nuestro travieso y revoltoso amigo.
De momento el viaje proseguía sin importantes incidencias salvo las avispas encorajinadas rumanas que aquí no atienden a razones ni a espantos y arrearon picotazo recio a Marga que llevó con dignidad y sufrido pero callado dolor su mano tamaño bota. Por lo demás, nuestros simpáticos amigos Joaquín, un crack y su pizpireta compañera Eli que nos amenizó el viaje con su salero y a los que un día en su feliz matrimonio la electrónica les debió de poner cruz, quizás por maltrato de energía en vida anterior y no consiguieron llevar aparato funcionando en su equipo de orientación por lo que optaron tras pasar sus aparatos por todas nuestras manos y no conseguir ponerlos en orden mandarlos a paseo y proseguir ruta siguiendo al coche de delante mientras la centralita de su coche no se obstine en seguir los pasos del resto de sus rebeldes máquinas y tener que ser remolcados. No obstante disponen de buenos y sorprendentes recursos, se les ve expertos en que no les funcione nada y utilizan el ingenio para conseguir lo que la técnica les niega, logrando así activar el micro de su emisora por el método "del tosido" lo que economiza mucho el desgaste de dedo para tener que conversar. 
Transcurrían los días en ameno y alegre ambiente. Yo cambiaba visitas a castillos que de mi gusto no son por cafelito de espera, algunas veces gratamente acompañado del buen Pere, que no es mote para información de los no doctos en etimología catalana, sino su real nombre, traducción de Pedro. Hombre sabio y de fino humor con el que pasé agradables charlas mientras el grupo visitaba la arquitectura rumana que a mi primitivo y quizás rural entender parecíame que visto uno vistos todos. 
Con Pere viajaba Lola, su preciosa mujer que a veces la hacíamos sufrir con los vaivenes del barro que a ella poco agradaban pero se aprecia alegre y positiva mujer que de la contrariedad hace ocio y buen recuerdo deja. 
Según escribo estas letras sentado en un banco mientras el grupo visita la nonanosexta iglesia oigo lejanas voces ¿Quiá quien será? ¿A mi reclaman? ¡Ahora me están llamando al silbido!, ¡viene de arriba! Redié, es José, el hiperactivo castellano, este hombre siempre aparece en los lugares más insólitos, ahora me está pegando voces desde el campanario de una iglesia que habrá tenido que gestionar acceso con el monaguillo y éste, supongo derrotado habrá accedido con tal de quitárselo de encima pues como se gestiona sus quereres dando larga charla en sonoro y cerrado castellano adornado para mejor entender, cree él,  con amplio movimiento en abanico de brazos extenua al contrario y éste se entrega, ya por aturdimiento propiamente dicho.
Seguíamos agotando días y preciosas rutas siempre dirigidos por nuestros guías Josep e Issa y bien protegidos atrás por David y Dulcis, siempre atentos de que el rebaño no se pierda y muy bien sincronizados con Josep e Issa que parece que lo llevan haciendo los cuatro toda la vida.  
Afortunadamente las incidencias mecánicas no nos agobiaron mucho y tan solo tuvimos un par de averías en el Gefender que le hizo perder un par de días de ruta y en uno de los 80 una pérdida de valvulina por la rotura de un retén nos llevó a fin de ruta en Gura a acercarnos a un tallercillo a practicar una de las actividades más típicas y cuatreras de meter acobardados  el coche en un cuarto que más parece matadero y observar las ñapas que aplican los aplicados y poco equipados mecánicos con sus cuatro llaves rodeados de media docena de mirones. 
Ya antes de Belgrado va llegando hora de ir disgregando el grupo según los planes veraniegos de cada par y unos siguen ruta de regreso por carretera, otros alargan recorrido para seguir pisando nuevos paises y otros nos dirigimos a Bosnia Herzegovina para cruzar en Ferry el Adriático y restar kilómetros a nuestros motores. 
Hemos compartido tres semanas de desconexión o cuanto menos alivio de problemas y agradeciendo a nuestros compañeros de viaje todo ese espíritu de compañerismo, aportando cada uno su mejor hacer y que al fin es lo que marca los mejores o peores recuerdos de los viajes. 
Y ya finalizado éste y ya en casa fuera de las acertadas pautas de no política-no futbol jajajaja me permito una pequeña licencia pseudo-política para agradecer a todos nuestros amigos de Catalunya su consideración en conversar siempre, incluso en sus charlas privadas si estábamos junto a ellos en castellano, algo que valoramos y entendemos que durante tantos días tener ese chip encendido debe de suponer un esfuerzo extra de agradecer. 
Nos manden nuestros políticos donde nos manden y nos pinten la raya de una frontera donde les convenga, nuestro pasaporte que sea del mismo color, el  arena y verde de nuestras aventuras y que fuera de historias de raices, gaitas y chirinvainas todos nuestros GPS al final llevan grabadas las mismas coordenadas y nos llevan al mismo punto del camino, el fin de ruta alrededor de un orujo y una grata charla. 
¡Mucho TT!


                                            Gracias por todo amiguetes...




 Y LAS DEMÁS.........


  




 

















¡¡Dejad mi coche en paz!!





 CREO QUE CON ESTE CHALAO VOLVEMOS A ÁFRICA,QUE DIOS NOS PILLE CONFESAUS...


Anónimo6
Hola Señor Ignacio, Leido tan apreciado relato, si vuestra merced da permiso, quiero dejar constancia, que a sido un viaje especial , por tan alta alcurnia han sido los participantes, y creo hablando por todos los caballeros y doncellas, nos lo hemos pasado muy, pero que muy bien, muchas risas hemos tenido al leer este relato, por tan cortes caballero, deseando volver a pasar y catar tan buen mejunque lleva usted en el Carro.
Josep & Issa

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