Un recuerdillo
Me lo ha contado emocionada Chelo, mi mujer. Un compañero de 23 años, un chiquillo feliz, un deportista, que la desgracia no le ha hecho perder la sonrisa.
Salió en Telecinco, participaba en una importante carrera y un fallo le echó a la cuneta. El infortunio hizo que esa maldita cuneta tuviera la protección metálica que tantas desgracias ha traído en nuestra afición y en la de nuestros compañeros motorizados.
Nuestro chiquillo con 23 años, perdió de cuajo su pierna, trató de levantarse y seguir, pero....no tenía pierna, la maldita protección se la quitó.
Con un alarde admirable de dureza, de optimismo, de fuerza, lo contaba a las cámaras desde el hospital donde se recupera, con su sonrisa, con sus heridas aún por cicatrizar nos contaba que ahora tiene que prepararse duro para las Paraolimpiadas.
A la pregunta de ¿cómo estás así de entero? Respondió ¿Cómo queréis que esté? ¿Queréis que mi familia se hunda? Lo único que deseo es que mi familia me vea con la cabeza muy alta.
¿Qué vamos a hacer ahora papá? Preguntó. ¡Seguir adelante hijo, contestó su padre.
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