Whatsapp es una buena herramienta para determinados usos pero muy malita bicha para las relaciones de piel.
Tendré que caparla algunas "funciones" y hacer una reflexión y un cambio de actitud si no quiero comenzar a llenar mi vida de amigos virtuales y comenzar a olvidar algunas caras o dejar de estrechar muchas manos. Tampoco me gusta que me den besitos con una ñoña carita, prefiero los apretujones de antes.
Solo debería usarlo para saber de los que la geografía nos ha situado en diferente lugar, con los demàs, para saber la hora y el bar en el que hemos quedado. Sin celular. Como antes. Difícil ya pero....
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