Semana fructífera asturiana de investigancia ciclista
descubriendo nuevas rutas, nuevos rincones y nuevos enlaces rustículas para mis
rutas asturconas.
Cada vez que salgo Chelo me pregunta…
-¿Por dónde vas hoy?
-Pues por dónde voy a ir mujer ¡Por Asturias!
Yo sé que es para llamar al 112 si no he asomado cabeza a la hora imperdonable de la cerveza. Como mucho la del cachopo
Yo sé que es para llamar al 112 si no he asomado cabeza a la hora imperdonable de la cerveza. Como mucho la del cachopo
Es mi Ángel de la Guarda, Tímidamente, discretamente, como
de paso, dejándome ser yo, siempre alerta y vigilante. Siempre mi protección,
dentro de lo que mi mente pastora la deja hacer.
Pocas cosas me descargan, me limpian, me desintoxican y me
compensan tanto como coger mi bicicleta cuando el sol saluda y, -sin despreciar
una grata compañía, que para todo hay momento- salir con ese orbayu amenazante
de algo más, y empezar a pedalear hasta el primer monte, y ahí coger el primer
sendero que me interrumpa, ese que nunca he cogido, y empezar a recorrerlo con
esa sensación de "Ignacio a ver si la lías¨.
Primero abierto, poco a poco, pisando el zarzal, la retama muerta y el cruzado piornal. Cada vez un
poco más adentro, hasta donde otros han entrado y viendo que poco promete van dándose
la vuelta. Y cada metro que avanzo, más cerrado, y más, quizás poco ofrece... o eso aparenta.
Pero la marca existe, alguien antes pasó ¿humano? No sé, pero a algún lado parece
que va.
Hoy ha habido suerte, cuantas sendas he empezado y he tenido que
regresar. Ésta salida tiene, ¿lo podré enlazar con alguna otra zona que conozco
y evitarme para la próxima ese camino que nada por repetido me gusta?
Otras veces toca dar media vuelta… ¡qué difícil y distinto
es si has pasado encrucijadas volver por donde antes has pisado, nada es igual.
¿Si hace nada he pasado por aquí porqué ahora no sé por dónde me ando?
Pero si encuentras la salida ¡Buff que momentazo!
Pero si encuentras la salida ¡Buff que momentazo!
Una hora avanzando, mal avanzando, sin saber dónde voy y he
salido y además, ese valle de enfrente me suena.
No sé a ciencia cierta -ni cierta ni descierta- donde estoy pero esto no tiene precio.
Una bicicleta o unas zapatillas, el sonido del aire a veces viento, la fina lluvia, algún ruido animal o natural, y el
bosque de compañía. Un trozo de monte ahora solo mío. Ganas de temer y ….sobra
todo lo demás.
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