-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

martes, 12 de febrero de 2019

La cajita de los puntos Movistar


¡Me lo he conseguido sacar del bolsillo! Ya no viene conmigo.

El telefonito, esa caja con botones que han conseguido meter en nuestras vidas y ponerlas al revés creándonos tal ansiedad que si no suena de vez en cuando nos llevamos sobresaltados la mano al bolsillo ¿Estás estropeado? ¿Quieres sonar maldito cacharro? ¿Nadie quiere saber de mi?

Esa ansiedad que provoca que continuamente estemos esperando "la llamada de nuestra vida", esa llamada que normalmente no llegará.

De su mano hemos aprendido a reduplicar nuestra mala educación y tomarla como una actitud normal en nuestra vida. Da igual si estamos en una reunión, charlando en la barra de un bar, o escuchando el problema que nuestro mejor amigo solo nos confiaría a nosotros. RIINNGGGG....perdón me llaman al móvil.

Y ahí se queda, la reunión en el segundo punto del orden del día o el codo de tu amigo apoyado en la barra, de pasmarote, mientras clava sus ojos en tu cogote viendo incrédulo y desesperanzado como te alejas hacia la puerta del bar mientras te llevas el telefonito a la oreja. Mientras, él duda en apurar la cerveza pagar y marcharse a casa preguntándose ¿pero yo que le he hecho? Me acaba de dejar con la palabra en la boca porque a una máquina le ha dado por vibrar cuando se lo empezaba a contar.

Da igual donde estemos, cuando suena el telefonito hay que parar el mundo, el aparato tiene preferencia absoluta sobre cualquier cosa que estemos haciendo o diciendo, o sobre quien nos acompañe y la importancia de lo que nos esté contando.

El telefonito es ese aparato que ha conseguido convencer a todo el mundo y a ti mismo, de que siempre, a cualquier hora, en cualquier minuto, tienes que estar disponible para quien te llame, dejar todo y descolgar.

Me lo he conseguido sacar del bolsillo. Ya no viene conmigo.

He podido concluir que hay vida detrás del móvil, que hay amigos a los que escuchar sin que este maldito cacharro me interrumpa y que, quien me quiera localizar, seguro que puede esperar a que tenga un momento, en otro momento, para él.

“Este es el contestador de Ignacio, ahora está trabajando, charlando con un amigo o dando un paseo con su compañera, cuando termine, le devolverá la llamada”.

...La cagué. Me acabo de pillar con los puntos de marras un Iphone y otra vez liado con el aparatito en el bolsillo.

¡Suéltame asqueroso. Déjame en paz. Déjame vivir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario