-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

viernes, 19 de mayo de 2017

África, las "otras" fotos

(Agosto 2.006)
Recién llegados de África toca posar lo vivido, como siempre........ África impactante. Ninguno sabremos trasmitir todo lo que hemos vivido y sentido y tampoco las imágenes de nuestras cámaras lo harán.

Un viaje duro en nuestras bicicletas e inolvidable, en el que como un encaje de bolillos todas las circunstancias e "imprevistos y contratiempos" que nos han surgido han ayudado a hacerlo más mágico.


No contábamos con situaciones como que se nos metiera la noche en el Atlas y que nos premió con una preciosa ruta nocturna sobre nuestras bicicletas, atravesando siniestras y oscuras aldeas llenas de brillantes ojos observándonos y sin posibilidad ya de cenar en el hotel montamos nuestra cena en una tétrica gasolinera.


No contábamos con una puntual tormenta que desbordó algunos puentes y que hizo subir la adrenalina y los nervios de algunos del grupo sin saber si podríamos sobrepasarlas con nuestros TTs.



No contamos con esos 52 grados, que nos hicieron meternos en un inmundo río de removidas aguas a refrescarnos.




No contamos con las lágrimas de algunos de nuestro grupo cuando catamos la hospitalidad de las gentes y las miradas inocentes de esos niñitos marroquíes.




No contábamos con la extrañeza de ver como entregábamos las llaves de nuestros vehículos a los mecánicos de Zagora y veíamos como se los llevaban para trabajar en ellos durante la noche.


No nos imaginábamos que nuestra bicicletas pudieran quedar abandonadas en cualquier vieja pared de cualquier aldea y dejarlas sin candar, solas y rodeadas de gente extraña y que sabíamos que ahí podían quedar porque nadie nos las iba a tocar.



No contamos con esa dura tormenta de arena que clavaba sus granos como cristales en nuestros brazos y piernas y que estábamos a muchas horas de cualquier población.




Nuestra meta era llegar a un grupo de nómadas que nos dieran cobijo. Cuando llegamos, dos inmundas cuevas de menos de 10 metros era lo que teníamos. Una nos la ofrecieron para pasar la noche y la otra no podían hacerlo, solo una cosa lo impedía, que una la necesitaban porque horas antes había parido una mujer y necesitaba proteger a su hijo.


No contamos con que nuestro anfitrión, un hombre de una sola pierna, nos dirigiera en las dunas en la oscuridad y que corriendo más que cualquiera de nosotros en la arena con sus muletas, subía y bajaba las dunas para ayudarnos a desatrancar nuestros coches y que al final de agotamiento vomitó.



Tampoco contamos con que nos acompañara 24 horas sin cobrarnos un solo dirham y nos fue dando cobertura buscándonos las sombra que él solo conoce en el desierto para protegernos y darnos descanso.


No contábamos con que la gente solo nos sonriera, solo nos ayudara o solo nos ofreciera, aunque no pidiéramos.



Cuando todo parecía que había pasado tuvimos otra “desgracia”, se había averiado el buque y teníamos que esperar otro por lo que saldríamos 2 horas más tarde, para colmo de “desgracia” Melilla estaba en fiestas y la avería nos dio dos horas extras para desvariar en los cochecillos de choque y dejando nuestros últimos dirham en tratar de conseguir un estúpido peluche. Hay mucho más que contar pero seguro que alguien lo hará. Yo tan solo decir que necesito volver...... y cuanto antes o reviento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario