-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

martes, 7 de abril de 2009

Vámonos a Picos


6 días por el corazón de los Picos mezclando alpargata con bicicleta y que nos de el sol y eso.

Aprovecharemos estos días para quemar suela, sudar la gota y amancebarnos con las chinches de los refugios que también tiene su aquel y no todo tiene que ser en la vida colchones Lo Mónaco y mantas Mora.

Primer día: Viaje a Sotres, allí dejamos los coches y subimos al refugio de Áliva en bicicleta. Al atardecer subiremos hasta el cable del teleférico a ver si se ve algo y eso y luego bajar de noche al refugio a cenar si no nos la calzamos con algún pedrolo.
Segundo día: Dejamos las bicis en Áliva y vamos hacia el refugio de Cabaña Verónica por una senda capulla ella, de ahí subiremos a los Horcados Rojos para bajar por el cable que ahora estará dentro de la nieve por una bajada chungaleta de unos 400 metros que hay que ayudarse del cable para descender.

Dormiremos en el refugio de Delgado Úbeda al pie del Naranjo de Bulnes con los porretas de los montañeros que se descuelgan del Naranjo para colgarse de los porros.

Tercer día: Regreso hacia Sotres por el Jou Lluengo pasando por el refugio de la Tenerosa que a la que te descuides te encaloma un queso y subiendo, esta vez a pata, hasta el refugio de Áliva nuevamente por las Vegas del Toro donde pernoctaremos algo derrengados digo yo.

Cuarto día: Ruta en bicicleta bajando a Mogrovejo y bordeando el desfiladero de la Hermida por las aldeas de las zonas altas para ir por las pistas mineras hasta el Casetón de Andara, bajo la Pica Macandiú, donde podremos hacer la comida de bocata en el refugio y posteriormente llegar a Sotres donde deberían estar nuestros coches y dormiríamos en Casa Cipriano, donde Juanjo, uno de los tipos que mejor conoce Picos nos dará de cenar o algo.

Quinto día: En coche hasta Cangas para subir en bicicleta los lagos e iniciar camino hacia el refugio de Vegarredonda, al que hay que llegar a pata por las prohibiciones ecologistas esas raras, escondiendo y candando antes las bicis detrás de algún pedrolo. De allí subiremos al mirador de Ordiales a extasiarnos de vistas propiamente y vuelta a Cangas para al día siguiente volver cada mochuelo a su olivo.

Y a ver que tal sale ¿no?

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