-NO TE PREGUNTES SI ERES FELIZ, PREGÚNTATE SI HACES FELICES A QUIENES TE RODEAN.

martes, 27 de junio de 2017

Primera entrega LOS GRANDES RAIDS

Primera entrega en tirada nacional de 12 ejemplares

LOS GRANDES RAIDS

1.-Preparativos del viaje y trayectorias.
Grajo de Erg Chebbí en labores de apareamiento
El viaje no empieza arrancando el coche así, sin más y ya está. ¡Qué va, que va! El viaje comienza tirado en un sillón, dándole forma a ese sueño que tanto tiempo llevamos planificando y que por unos motivos u otros no llega el momento de emprenderlo. ¡Ahora sí es posible!   

Una vez decidido el destino, lo primero de lo que nos debemos ocupar es saber adónde vamos a ir y si vamos a acometerlo solos, o por el contrario lo vamos a realizar en solitario.

Cuando por fin hemos decidido hacerlo en grupo, por eso de no ser multitud, hay que formar éste de una forma homogénea para que no todos pensemos lo mismo. Cuando más heterogéneo sea el grupo de amigos que lo formen y peor se lleven, menos discrepancias habrá.

La primera reunión se puede realizar en un restaurante o casa de comidas propiamente, donde en una primera toma de contacto regada con un buen vino se pueden marcar las pautas que deben tenerse en cuenta.

Primero el destino. No es lo mismo preparar un viaje al continente africano que cruzar el estrecho y desembarcar en África. Estos últimos conllevan una serie de preparativos que ni mucho menos son comparables al primer destino, bastante más europeo y al uso.

Acordado ya el lugar, la siguiente misión es el reparto de tareas que cada miembro va a acometer.

Mientras unos se pueden encargar de los alimentos, otros pueden hacerlo de la comida. Con lo que quedaría para un tercer grupo el acopio de la intendencia como bebida, comida, avituallamiento y un cuarto se podría encargar de la obstetricia y diferentes formas de parto, eso allá cada cual.

Si queda alguien libre se puede encargar del trayecto, aunque esto no es necesario y si no se dispone de tiempo o personal es una cuestión menor, pues ya lo dijo Oncónides, “Todos los caminos llevan a Roma y por peaje más”. 

Repartidas las tareas se pueden preparar sub-reuniones entre los sub-grupos para sub-inspeccionar y zanjar la cuestión y matices más intrascendentes como si hay viaje o qué.

El grupo encargado de la comida puede ir a una de las grandes superficies y comprar lo necesario, mientras que los encargados de la alimentación lo pueden hacer en algún centro comercial.

Conviene tener en cuenta que los artículos perecederos se pueden adquirir meses antes, no así los enlatados que deben ser comprados a ser posible en el día con el fin de que ocupen la parte superior de los contenedores preparados al efecto y así no aplastar los perecederos que siempre deberán ir ubicados en la parte más baja del vehículo.

Como norma general, galletas, bollería, pan integral, alcaparras, huevos etc. en la parte inferior.

Latas, botijos, porrones, contrapesos, bebidas en envase de cristal, etc.  Parte superior. Así será la única forma de poder disponer en perfectas condiciones de nuestros alimentos en el momento de ser consumidos.

Todo lo que haya caducado se puede echar sin problemas al maletero, alguien se lo comerá.

Pasemos ahora a la comisión encargada de la trayectoria.

Estos deben situarse sentados cómodamente el uno frente al otro, así siempre se cubrirá cualquier ángulo muerto en el estudio cartográfico del recorrido.

Si se dispone de mapas, que como ya hemos comentado anteriormente no son necesarios aunque si convenientes, se despliegan y se miran. Una vez vistos se pliegan y se trasladan las coordenadas bien ordenadas.

Esto labor no tiene que llevar mucho tiempo. Una norma muy aconsejable es mirarlos solo hasta que pensemos que lo tenemos claro. Después lo mejor es improvisar.

Para trasladar las coordenadas de la trayectoria se hace de arriba a abajo si nuestro destino es el sur, aunque sobre esto ya hablaremos en capítulos posteriores.

Bien, tenemos los alimentos, tenemos el recorrido, solo nos falta saber qué día vamos a partir. Para este asunto se nombrará una comisión que decida por todos los demás, por ejemplo si el grupo expedicionario está formado, pongamos por setecientas personas, lo ideal es que se elija a seiscientas setenta y cinco, que son las que de común acuerdo pondrán fecha al evento en nombre de todos. Con eso se evitan las grandes aglomeraciones que supondrían cifras superiores a seis o siete personas que tantos trastornos acarrearían.

Pero es posible que el grupo no sea tan numeroso, por ejemplo que el viaje lo vayan a realizar veinte personas (es un ejemplo, pueden ser más). Esto ya es otro cantar, aquí cuantos más se junten para decidir fechas mejor. Por lo que se recomiendan dos personas, a lo sumo un par.

Ya está nuestro viaje preparado. Sabemos que vamos a algún sitio, entre veinte y setecientas personas y lo más importante, sabemos la fecha.

Solo nos queda esperar y soñar. 



Siguiente entrega: 
El Vehículo y su acondicionamiento estatutario

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